domingo, 25 de mayo de 2014
La Chicha
viernes, 21 de diciembre de 2012
La Isla del Club
Otro gran personaje es el “loco” del frisbee. Suele pararse en el medio de la isla y juega frisbee, ofreciéndole a todo aquel que pase de sumarse a la movida. Es muy cálido al comienzo, dando consejos al principiante de cómo realizar un buen lanzamiento, pero luego, enfurece cuando logras hacer uno que supera el de él… siempre fue un poco competitivo el tío.
jueves, 13 de diciembre de 2012
Tangalanga
Me propuse dialogar un poco con esta gente en busca de ver como reaccionan ante lo inesperado.
Están entrenados para evitar que la gente les corte, pero miren lo que sucede si se les da un poco de charla.
Aquí les dejo unos ejemplos que he podido capturar.
1- Chile
4 - Venezuela
lunes, 16 de enero de 2012
Terapia de Amor Intensiva
A pesar que nunca fui un gran fanático de la banda, hace ya tiempo que vengo sintiendo una fuerte emoción cuando escucho a Soda Stereo.
Hoy terminé de ver el DVD de “me veras volver” - su última gira, y tengo algunos pensamientos dando vuelta.
Escuchar sus dos últimos conciertos en vivo (1997 y 2007), es una sensación muy rara.
Tiene por momentos la emoción de un viaje de egresados: algo que está viviendo su último mejor momento junto con el vértigo de que en instantes más se acaba. Pareciera ser una estrategia de marketing para los nostálgicos, aunque lejos estoy de pensar que haya tal manipulación de por medio.
La situación actual de Gustavo no en menor: estado vegetativo hace más de un año.
Mucho se ha hablado de que cuando un personaje popular muere trágicamente se vuelve mítico; ejemplos sobran: Lennon, Kobain, Morrison, etc.
Pero poco de cuando se está en este estado. Yo lo hayo por momentos tan mítico o más que alguien que pasó a la muerte.
Si se dice que cuando alguien muere luego de una larga enfermedad, es porque bajó los brazos, porque se quedó sin fuerzas para seguir luchando ¿No es acaso esta la lucha de un héroe incansable? ¿Puede una persona acaso conscientemente pedirle a su cuerpo estar muerto sin morir?
A veces pienso que toda la energía que el entregó al mundo, hoy le vuelve y lo mantiene vivo
Hace unos meses fui a un recital de U2, donde se le rindió un pequeño homenaje: un estadio entero aplaudiéndole. Yo estaré loco, pero esa energía de alguna forma u otra le tiene que llegar.
Uno de las canciones que más me emociona es Terapia De Amor Intensiva; Esta canción tiene dos frases, que son una especie de respuesta a mis preguntas y parecieran ser una visión futura y tranquilizadora de Cerati para su gente:
· Primer estrofa, tercer oración: “Si algo está enfermo, esta con vida”
· Estribillo “No morirá lo que debe sobrevivir, a una terapia de amor intensiva”
Por último, me revoluciona la idea de que algún día se levante habiendo perdido la memoria. ¿Cómo sería levantarse un día y descubrir que fuiste una persona conocida internacionalmente? Que la música que vos creaste traspasó las fronteras de un país llegando a todo el mundo (Hace más de 5 años estaba en un boliche en México y quede completamente atónito cuando una japonesa coreaba de música ligera)
O un video con un estadio de 80.000 personas lleno aclamándote y llorando por la separación de tu banda . Sencillamente, de película.
Desde aquí este pequeño homenaje.
Fuerza Gustavo!
martes, 22 de marzo de 2011
La Casa de los Tios
Entrando por la puerta principal, a la derecha, hay una media pared con tres agujeros preparados para poner adornos. Uno en particular es rectangular y tiene forma de puerta. Puerta imaginaria que atravesaba de chiquito con Joaco y que me llevaba a ese mundo al que sólo los chicos pueden entrar. La tía siempre se enojaba cuando pasábamos porque se ensuciaba, pero no le dábamos bola.
La palmera del jardín es otro gran lugar: justo ahí, al lado del motor del filtro de la pileta. Solíamos usarlo como escalara para treparla y una vez hasta el tope zambullirnos. Los estilos eran 3: palito, bomba y cabeza. Nuca dió para mortal. La tía también se enojaba porque pensaba que se iba a romper. Hoy, si no me equivoco, la palmera sigue ahí. Admito entonces que la advertencia fue válida, sino probablemente hoy no estaría viva.
De lo que nunca se quejó la tía fue de las tiradas por la escalera en colchón. En realidad lo hacíamos a escondidas los sábados cuando salían al cine o a comer. Acá Lu y el Ponck siempre participaban.
Ojo si nadas en culo en la pileta ¡Si está Pina en el cuarto de Maia se ve!
La parrilla nunca se supo si estaba bendecida o qué. Pero de allí salieron los mejores asados que he comido. En breve sabremos si era la parrilla o el parrillero. Casi seguro que lo segundo.
De la pileta tengo muchos recuerdos, pero sí o sí tengo que mencionar la vez que nadando para el fondo metí la intersección del dedo índice y medio en el agujerito que había en el fondo (como el de las viejas video caseteras) y me abrí. El tío me llevó al hospital con el carnet de la obra social de Joaco ¿Quién lo iba a notar? Si en el fondo somos hermanos.
Hace unos meses volví de viaje y entre las novedades me contaron que se vendía la casa del tío turco. Fue de esas noticias que te sacuden.
Me costó mucho entender porque me movía tanto la venta, pero luego lo entendí. Es que la casa de los tíos representa el único recuerdo vivo de mi infancia.
Y esto no es una queja, sino una reflexión: todas las casas, de mi abuela, mis viejos, mis otros tios, ya no están. Es decir, están pero no tengo acceso a ellas.
Este viernes cuando la despedimos, y mencionaron su edad (32 años) me di cuenta que era más grande que yo. Eso nunca lo había pensado.
Espero que la casa cobije otra gran familia y sea el lugar de tantos buenos momentos como los que hemos pasado. Como dijo mi viejo: a la casa y a los tios, gracias por los servicios prestados.
domingo, 25 de octubre de 2009
El KM 37
Luego de casi 6 meses de estudios (comenzando en Argentina y siguiendo en EE. UU.), David entendió que estaba afectado de Lyme: una enfermedad infecciosa causada por una bacteria que es transmitida por las garrapatas y afecta el sistema nervioso.
Nos pusimos al día (no hablaba con el así casi 5 meses) y se me ocurrió que en vez de darle un mensaje de aliento, era mejor preguntarle si tenía ganas de expresar algo. Me habló de la vida, de la importancia de no hacerse grandes problemas, de la fuerza de voluntad, y otras cosas que no emocionan ni tienen tanto sentido ahora que las enumero, pero sí lo tuvieron cuando él las mencionó.
Cuando me tocó hablar, me dió calor mi situación: los 6 meses que él estuvo internado sin poder hablar ni caminar yo había estado entrenando para correr mi primer maratón. Sinceramente, no podríamos tener situaciones mas opuestas. Pero, como afirma el dicho popular, “todos los extremos se tocan.” ¿Cómo se da en este caso? A través de la voluntad, de la fuerza para continuar.
Hablar con David antes de la carrera hizo que me de cuenta de que no podía tener miedo a no llegar, o a que se me acabara la voluntad (como me había pasado hacía dos meses atrás en una carrera en San Pedro de 30 Km) y que, sea como sea, para honrar todo el esfuerzo que él está haciendo, iba a completar los 42 K.
Atravesado por estos pensamientos cruce la línea de largada.
Ya en el kilómetro 3, escuchando el tema “Aquarela du Brasil” me di cuenta de la excelente decisión que había tomado al llevar el ipod.
Recomiendan no hacer nada nuevo el día de la carrera y como no acostumbro correr con música estaba en duda.
Los primeros 30 kilómetros no pudieron haber transcurrido mejor. Iban pasando tal cual los había visualizado los días anteriores en lo que los expertos llaman “visualización de carrera”. A todo esto tengo que agregar el incondicional apoyo de mi viejo, un experimentado maratonista (con 11 maratones en su haber) y su pareja quienes me acompañaron mitad de la carrera cada uno.
Llego el km 35 y no podía creer lo cerca que estaba. En ese momento empecé a sufrir calambres, pero traté de no preocuparme. Sabía que iban a aparecer y desaparecer. Algo cíclico.
Todo el mundo habla del Km 30 como el muro o pared: técnicamente las reservas de glucógeno del cuerpo sólo alcanzan para 30 kilómetros. Cuando se agotan, el cuerpo opta por las reservas de grasa que no pueden ser quemadas tan eficientemente, lo que implica un dramático cansancio (fundamentalmente en las piernas)
Pero como yo ya iba por el Km 35 y no había sentido tal cosa me dije a mí mismo “esto es para los boludos”.
Como en otros aspectos de mi vida, sólo hace falta que me agrande un poquito con un tema para que me de cuenta de todo lo que me falta aprender.
Fue en el Km 37: fundí biela, knock out. La pared y el muro juntos, la Tota y la Porota. Sentí un pinchazo en la rodilla y tuve que parar. Fue lo más parecido al dolor que tenia cuando me diagnosticaron tendinitis, casualmente en esa misma rodilla.
Restaban 5 kilómetros 195 metros. Opción A, abandonar. Opción B, seguir. B.
Del Km 37 a 39 pude alternar un poco de trote con caminata. Corría 3 minutos y caminaba otros 3. Pero el dolor era cada vez más fuerte, así que esa combinación fue disminuyendo.
Llegue al Km 42 caminando. Cualquiera hubiera dicho: “listo, te quedan 200m, terminá corriendo”. Les juro que el dolor era tal que sólo corrí los últimos 50 m. Cruce la línea. Game over.
Correr una maratón es una prueba muy dura. Se requiere disciplina, constancia y voluntad. No sólo en la carrera misma, sino también en todo el trabajo anterior. Terminarla merece ser reconocido.
Pero también lo merecen (y cuánto mas) los que luchan todos los días. Y no porque eligen correr una maratón, sino porque de pronto su vida se transforma en una.
Amigo Dave, como te había prometido, TE LA DEDICO. FUERZA.